La Rentabilidad

Uno de los conceptos tan nombrados en el tema de cuentas y depósitos, es el de la rentabilidad. Básicamente, la rentabilidad es el rendimiento del capital invertido que refleja la compensación que recibe el inversor por haber asumido un riesgo determinado.

Más simple, se podría definir como la relación entre utilidad o beneficio, y la inversión colocada para obtenerla.

Existen diversos métodos para poder calcular la rentabilidad de una empresa o un producto financiero, pero hay una que es la más expandida que se conoce con el nombre de Fórmula de Dupont, donde se contemplan variables que calculan la Rentabilidad Neta sobre Ventas, por un lado, y la Rotación de Ventas sobre el patrimonio, por el otro.

Según la empresa, se puede dar mayor importancia al volumen de ventas (más ventas con menor margen) o en la calidad de los productos o servicios (menos pero con mayor retorno).

Cuando hablamos de capital invertido podemos considerar que el mismo es el activo o bien, que el capital invertido es el importe de los fondos propios. Entonces podemos tener una clasificación primaria, donde en el primer caso hablamos de rentabilidad del activo o económica mientras que en el segundo nos referimos a la rentabilidad financiera.

  • Rentabilidad del activo: expresado bajo las siglas ROA (returns on assets, retorno sobre activos), pero también se lo puede llamar ROI (returns on investments, retorno de inversiones). Es el cociente entre el Beneficio Económico y Activo Total.
  • Rentabilidad financiera: conocida como ROE (Returns on equity) mide la rentabilidad que obtienen los dueños de la empresa, es decir, la rentabilidad del capital que han invertido y de las reservas. Se determina calculando el cociente entre el Beneficio Neto y Patrimonio Neto.

Asimismo, y para concluir, existe una rentabilidad social. A diferencia de la económica, es la que considera que un Estado o institución gubernamental deben rendir más beneficios que pérdidas a la sociedad en la que se encuentran.

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